La vuelta a
Finlandia la he hecho por fases: en 3 escalas, en 5 días, pasando por 5 países y por 5 aeropuertos. Ha salido un poco mas barato que volver tal y como fui y he visto a mucha gente a la que tenia muchas ganas de ver.
En primer lugar, salí hacia Madrid en autobús el día 6 por la tarde y me recogió mi primo Carlos, que me llevo al chalet de Manzanares. No se cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que estuve allí, pero ver que todo seguía igual fue como una vuelta a la infancia y a recordar los veranos que he pasado allí.
Después de tanto tiempo sin ver a mi familia, abuelos, primos y tíos tanto paternos como maternos, la verdad es que los dos días que he pasado en Madrid han sido muy agradables y emotivos, incluso tuve la oportunidad de quedar con
Erik, que ya llevaba mucho tiempo sin verle y le echaba mucho de menos.
El día 9 a las 4 y media de la mañana mi tío me llevo a Barajas para coger el avión que salia a las 6:30 y llegaba a las 8:50 a
Eindhoven (Holanda), donde
Kat, q había madrugado para recogerme me esperaba para llevarme en tren a
Belgica, concretamente a
Atwerpen (o dicho en español,
Amberes), donde ella vive.

Ese día lo pasamos haciendo turismo allí, comimos en un sitio de patatas fritas, muy típicas allí en Bélgica y después de cenar fuimos al cine a ver El Laberinto del
Fauno.
Kat me contó la leyenda de que antiguamente vivía un gigante en el río que cobraba peaje a todos los barcos que intentaban cruzar por allí. Un día un joven héroe cortó la mano del gigante y la lanzó al río, como hacia el gigante con los capitanes de los barcos que se negaban a pagar el peaje y de aquí viene el nombre de la ciudad,
Antwerpen del holandés
hand werpen (mano y lanzar respectivamente). En la foto podéis verme a mi sentado en una estatua de la Mano del Gigante que esta en la calle de las tiendas en el centro de la ciudad.
El día siguiente, no paro de llover y lo pasamos en casa, jugando al
singstar, Catan, configurando la red entre los 5 ordenadores que tienen en casa y haciendo una tortilla de patatas. El último día lo pasamos como turistas japoneses corriendo desde una ciudad a otra en tren para poder ver todo lo posible en el menor tiempo, ya que teníamos que estar en el aeropuerto de Bruselas a las 7 para coger el avión que me llevaría a
Estocolmo.
Kat y yo
Estos 3 días en
Belgica lo he pasado muy bien. La familia de
Kat son todos muy majos y me han tratado
super bien, y con
Kat, que puedo decir, después del tiempo que pasamos en
Finlandia nos hemos vuelto muy muy amigos y aunque solo hacia un mes que no nos veíamos, la echaba de menos como si hubiese pasado mucho mas tiempo y eso ha hecho que estos días hayan sido muy especiales y alegres a pesar de la lluvia.


Respecto a las ciudades, la que más me ha gustado ha sido
Ghent (foto de la derecha) y el castillo de
Amberes, pero lo que mas me llamo la atención de toda Bélgica fueron las casas
super estrechas y altas. La casa de
Kat por ejemplo tiene 6 plantas, pero en cada planta solo hay 1 o 2 habitaciones como mucho, en otra solo un cuarto de baño... es una forma muy distinta de construir que me recordó a la casa azul que tenía
Hugh Grant en
Nothing Hill en la película de ese mismo nombre. En la foto de la izquierda puedes ver a
Kat frente a las estrechas escaleras de su casa y si quieres ver mi visita a Bélgica desde su punto de vista (en ingles)
así como algunas fotos más, puedes verlo en
la entrada de su blog.
Castillo de Amberes