Todo estaba saliendo según lo planeado durante el viaje, algo bastante sorprendente en un viaje tan largo, por lo que el incidente del taxi y que en el avión a Londres se hubiese jodido una de las ruedas de la maleta, era, de todo lo malo, de lo mejor que podía pasar. Desde el aeropuerto de Stansted tuve que coger un autobús hacia Londres que durante algo más de una hora nos hizo un recorrido por Londres hasta llegar a Victoria Station, donde me encontré con Myriam y sus amigos. Allí compramos los billetes de metro para el fin de semana y nos fuimos al hotel a dejar las maletas y de ahí irnos corriendo al British Museum para aprovechar hasta que cerrasen.
El museo es realmente grande, por lo que vimos lo más famoso de allí: La biblioteca, la zona de Egipto y la zona de la antigua Grecia. Cuando anocheció acabamos cenando en un McDonalds al lado de Picadilly Circus y para luego ir a ver el Tower Bridge.
Easter Island famous stonehead at the British Museum y Tower Bridge
Al día siguiente, después del enorme desayuno que me tome en el hotel, fuimos a los famosos almacenes Harrods y al mercadillo de Portobello, donde acabamos comiendo pollo rebozado frito en un puestecillo de comida alemana en mitad de la calle, y después de pasar por Nothing Hill, nos dirigimos al mercadillo de Camden Town. Los dos mercadillos me encantaron, sobre todo el de Camden Town. El de Portobello era un mercadillo de souvenirs más que nada, pero el de Camden Town era como un barrio enorme lleno de tiendas "todo para el hevy-gotico-siniestro", con una zona para comidas que eran puestecillos en los que te preparaban de todo, habiendo incluso unos españoles haciendo paella. Dominaba el negro, los pinchos y Jack (pesadilla antes de navidad). La verdad es que si no llega a ser por lo del taxi en Dinamarca me habría comprado una camiseta que me encanto de MCR.
Antes de que se pusiese el sol salimos corriendo para Westminster para ver aquello de día y una vez visto, acabamos en un Starbucks para esperar a que anocheciese y volver a verlo de noche. El BigBen, la abadía y el ojo de Londres. Después de eso acabamos paseando por Oxford y Baker street.
Para finalizar el viaje, el domingo fuimos a Hyde Park, el Soho, Trafalgar Square (donde había un enorme anuncio de Windows Vista) y Buckingham Palace. Es decir que vimos los sitios más típicos de Londres y aún así parece que nos dejamos un montón de cosas por ver, pero lo pase de miedo. Lo que más gustó: Camden Town y el Soho, hay un par de personas a las que me habría gustado llevar a ambos sitios ^^. Donde más tiempo pasamos: en el metro, que además las líneas verde y amarilla estaban en obras y tuvimos que hacer malabarismos para ir de un sitio a otro XD.
Cuando el avión de Ryanair aterrizó en Tampere de nuevo (después de dos horas y media de vuelo, una de autobús y 2 de espera en el aeropuerto) por los altavoces sonó una música de victoria y el capitán dijo que habíamos llegado antes de tiempo batiendo un nuevo record en esa línea y luego aplausos por los altavoces. Todo el pasaje se estaba descojonando de la risa. Yo en realidad, aunque también me estaba partiendo y aunque ya he cogido más de un Ryanair, no pude evitar pensar que si suena una musiquita tipo victoria cuando aterrizan es porque no lo consiguen muy a menudo xDD. En fin, el caso es que antes de que sonase el circo, tuve una extraña sensación: Después de 9 días de viaje, al aterrizar en Tampere, y aunque aún me quedaba un día más allí con Pati para llegar a mi piso, me sentía como en casa.
Hyde Park y el Soho
Cuando el avión de Ryanair aterrizó en Tampere de nuevo (después de dos horas y media de vuelo, una de autobús y 2 de espera en el aeropuerto) por los altavoces sonó una música de victoria y el capitán dijo que habíamos llegado antes de tiempo batiendo un nuevo record en esa línea y luego aplausos por los altavoces. Todo el pasaje se estaba descojonando de la risa. Yo en realidad, aunque también me estaba partiendo y aunque ya he cogido más de un Ryanair, no pude evitar pensar que si suena una musiquita tipo victoria cuando aterrizan es porque no lo consiguen muy a menudo xDD. En fin, el caso es que antes de que sonase el circo, tuve una extraña sensación: Después de 9 días de viaje, al aterrizar en Tampere, y aunque aún me quedaba un día más allí con Pati para llegar a mi piso, me sentía como en casa.
2 comentarios:
Uooooh en Barna siempre vamos a unas tiendas que se llaman Camden (en la calle Tallers, cómo no), una vende cosas p'a góticos y la otra p'a jebis. Adivina a cuál suelo ir más jojojo. El problema es que todo me suele quedar grande xD
Joer qué recuerdos, más teniendo en cuenta que allí me pilló St. Patrick (que fue antes de ayer) y la gente este finde salía de algunas cervecerías de aquí con los gorritos típicos... Qué envidia xD
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